De forma deliberada o
no, de manera consciente o inconsciente, en numerosas ocasiones las personas se
sirven de este “disfraz” de víctima para dar pena a alguien y pedir ayuda de
esta forma, creer que todo lo negativo le sucede a ella o a él y así enmascarar
algunos sentimientos ocultos. De hecho, hay personas que convierten este victimismo
en casi una filosofía de vida, me refiero a personas que siempre están
enfermas, que no se adaptan a las situaciones adversas de la vida de forma
saludable, etc. Nuestra salud mental se traduce en salud física y viceversa
(salvando casos especiales). Lo más ingenuo es que, en algunas ocasiones, la
persona “no se da cuenta” (es decir, no toma conciencia) de que incluso llega a
creerse su propio victimismo y esto ya no es lo mismo que fingir ser víctima
siendo consciente de tal fingimiento.
La otra cara de la
moneda es la responsabilidad, la cual nos lleva a luchar contra el
victimismo. Cuando ocurre una situación desagradable pueden suceder dos cosas
fundamentalmente:
1) que la persona
cuente con recursos para hacer frente a tal situación o
2) que no cuente con
ellos.
En el primer caso,
contando con los recursos suficientes, la persona que se hace la víctima estaría
adoptando una actitud cómoda a la hora de no poner manos a la obra para
resolver la situación desagradable optando por hacerse la víctima porque es más
cómodo. En el segundo caso, la persona no se ve capaz de resolver la situación
porque no cuenta con los recursos suficientes. Lo ideal aquí sería pedir ayuda
de cualquier tipo, ya sea familiar, amorosa, especialista, etc, en lugar de
hacerse la víctima.
La responsabilidad va
más allá aun y consiste en ser conscientes de las consecuencias que puedan
tener determinadas acciones, decisiones, actuaciones… Debemos tomar decisiones
y actuar, es ley de vida, pero tenemos que ser conscientes de las consecuencias
que dichas acciones y decisiones pueden conllevar siendo valientes a la hora de
afrontarlas y no hacernos la víctima cuando algo no ha salido como nosotros
esperábamos. Por tanto, hay que asumir responsabilidad evitando el victimismo y
ser responsables así de nuestras propias acciones y decisiones teniendo
presente que, el mayor engañado no es la persona a la que engañas sino tú
mismo.
Bueno es que yo creo que el victimismo esta provocado por falta de reconocimiento sobre los propios actos, y la responsabilidad es todo lo contrario, pero ambos polos pueden darse en una sola persona, no es un radicalismo, para mi.
ResponderEliminarClaro, ambos polos aparecen en las personas, lo que hay es que reconocer los hechos como bien dices, ser valiente y actuar desde la responsabilidad evitando el victimismo.
ResponderEliminarSi, el problema es que muchas personas no ven hechos, sino deforman la realidad para parecer siempre lo que no son... no actuan bajo responsabilidad alguna.
ResponderEliminarEs cierto pero la elección está en ellas, nadie puede cambiar a nadie, se le puede mostrar el camino pero siempre es elección de cada uno. De todas formas, la persona que actua con victimismo es su propio verdugo, bastante tiene con no "darse cuenta" o no querer darse cuenta de la evasión de las responsabilidades. Aquí hay muchos factores que entran en juego.
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones Mónica
Un saludo