En esta entrada voy a
hablar de las proyecciones y del enfado porque reflexionando he encontrado una
relación entre ellos.
Las proyecciones son
mecanismos de defensa que operan en situaciones de conflicto emocional o amenaza
de origen interno o externo, atribuyendo a otras personas u objetos los
sentimientos, pensamientos o impulsos propios que resultan inaceptables para el
sujeto.
Las proyecciones se
relacionan con el enfado cuando, por ejemplo, una persona tiene que tomar una
decisión y no sabe qué alternativa elegir. Para ello, pide opinión a personas
cercanas y, esperando una respuesta tajante de estas, no la obtiene, con lo
cual, la persona se enfada y proyecta en los demás su incapacidad de tomar una
decisión por sí misma. En el fondo, tiene miedo de tomar una decisión por temor
a la equivocación, al fracaso, etc.
Esto es solo un ejemplo,
pero deberíamos ser conscientes de las proyecciones que realizamos respecto a
los demás, sea el caso de la madre frustrada que siempre quiso ser cantante o
actriz y ahora “casi obliga” a su hijo/a a serlo, sea cualquier otro tipo de conflicto individual.
A veces, observamos a personas
que parecen estar enfadadas continuamente con el mundo, nada les gusta, nada
les divierte o atrae y nada parece estar bien hecho según ellos/as. Quizás no
sean conscientes de lo que desean en realidad, quizás no saben qué pensar sobre
algún tema, quizás no han tenido un buen día… la respuesta solo la tienen
ellos/as. A colación de esta reflexión, os dejo un vídeo de un famoso cuento de
Jorge Bucay “El tesoro enterrado”. Espero que os guste y que cada cual saque
sus propias conclusiones.
La MEJOR entrada que he podido leer. Muchas gracias Lu, creeme que me ha encantado!
ResponderEliminar¿Seriamos capaces de detectar estas proyecciones cuando somos nosotros los que proyectamos?
ResponderEliminarEs muy interesante la pregunta que planteas Borja. Sí es posible detectar nuestras proyecciones realizando un análisis y tomando conciencia acerca de qué es lo que demandamos de la otra persona en caso de necesitar ayuda, pedir consejo... uno debe recapacitar y ser "valiente", estar dispuesto a tomar conciencia y a aceptar aquello que descubre de sí mismo, sea lo que sea. A veces tenemos deseos (conscientes o inconscientes) que no hemos cumplido y esto nos lleva a proyectar en los demás la ilusión y las ganas que tenemos de cumplirlos pero parece que nunca damos el paso definitivo hacia ellos... Hay muchos matices en este tema...
ResponderEliminarGracias a los dos por vuestros comentarios :)